Thursday, August 30, 2012

Por sus pecados os conoceréis


Desde la penumbra nuestros demonios son amigos de la madrugada, les brilla la piel y la coraza, huelen a mar y lágrima, a cuchillo y billete. Asechan. El canto de un tren añejo se diluye igual que la historia, ciudad en sombra, en magia y simulacro escapando por rendijas a la finita nostalgia de una postal, vientre de diablo rojo, de mujer inminente, aquí cosecho esporas y sudores, zurzo libertades y ventilo estigmas… allá, todos somos semejantes.

Vicente Gaibor del Pino
Panamá, feb 2012